El martes 16 de septiembre hubo un corte del suministro eléctrico por la mañana, que duró aproximadamente 3/4 de hora.
A partir de las 5:30 de la tarde volvimos a tener cortada "la luz" casi ocho horas. Tampoco había luz en los pueblos cercanos que se divisan desde aquí.
No solo es la luz la que se corta, sino todas las obras, los trabajos que la necesitan, las neveras, los televisores, los microondas, las cocinas y calentadores eléctricos, el reloj de la plaza y, para colmo, todas las comunicaciones: el teléfono fijo dejó de funcionar a las pocas horas; los móviles de Movistar antes; nadie pudo ver sus televisiones durante esas horas, ni contactar por internet o derivados.
El único medio que nos quedó era algunos teléfonos que desde el Alto tenían cobertura, y la radio a pilas.
Por la noche se iluminaban las fachadas con los flashes de los aerogeneradores.
Estamos rodeados de generadores de electricidad, a pleno rendimiento cuando hay aire en todos los puntos cardinales. No parece que haya prevista alternativa para que los aerogeneradores suministren energía a las localidades más cercanas en casos como éste.
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