La realidad es que las dos obras que cita como sus principales satisfacciones pudieron ser su actividad ilusionante en los primeros 4 u 8 años; aclarando que la residencia no fue construida, sino acondicionada en la anterior escuela. Los restantes 24 años los ha debido dedicar a otros menesteres, especialmente los últimos, de los que nos hemos enterado por la prensa, porque el contacto directo con la gente ha sido escaso o nulo, como la propia información municipal.
El censo de la población del municipio se ha reducido a la mitad durante su mandato, han desaparecido las tiendas y ha quedado solo un bar. Dado que toda la comarca está en idéntica situación, cabe achacar también esta desidia a la Diputación, de la cual ha formado parte importante ya como un político "profesional". Cuando se ha retirado el presidente de la Diputación, y su porvenir en la misma no estaba claro, ha dejado de presentarse como candidato. No merece la pena ser solo alcalde de balde. Sea quien sea el nombrado como nuevo alcalde vamos a demandar de él ilusión, que haga proyectos pensando en el futuro de su municipio, aunque sean a largo plazo, que no se resigne a perder la otra escasa mitad de los habitantes; o como dicen nuestros colegas de la web de Alpedroches (www.alpedroches.com) "Para poder confiar en el nuevo equipo que salga elegido para nuestro Ayuntamiento y que nuestros pueblos puedan avanzar, les pedimos algo que ahora echamos de menos: competencia, diálogo, sobriedad, respeto, transparencia e información para los vecinos."
Acierte o no acierte, parece que me quedo solo comentando. Acabo de leer un artículo del presidente de Asaja-CyL, titulado "Alcaldes de pueblos pequeños", que podéis leer en este enlace . No me cuadra lo que escribe este señor con los alcaldes de nuestro pueblo: ni el saliente ni el entrante. Tampoco me cuadra con el alcalde, por ejemplo, de Rello; donde si no se presenta nadie eligen un alcalde que nunca ha estado en el pueblo. Me parece que desde fuera se sigue sin entender nada de lo que por aquí pasa. Por no entenderlo, ni nosotros mismos...
5 comentarios:
La realidad es que las dos obras que cita como sus principales satisfacciones pudieron ser su actividad ilusionante en los primeros 4 u 8 años; aclarando que la residencia no fue construida, sino acondicionada en la anterior escuela. Los restantes 24 años los ha debido dedicar a otros menesteres, especialmente los últimos, de los que nos hemos enterado por la prensa, porque el contacto directo con la gente ha sido escaso o nulo, como la propia información municipal.
El censo de la población del municipio se ha reducido a la mitad durante su mandato, han desaparecido las tiendas y ha quedado solo un bar. Dado que toda la comarca está en idéntica situación, cabe achacar también esta desidia a la Diputación, de la cual ha formado parte importante ya como un político "profesional".
Cuando se ha retirado el presidente de la Diputación, y su porvenir en la misma no estaba claro, ha dejado de presentarse como candidato. No merece la pena ser solo alcalde de balde.
Sea quien sea el nombrado como nuevo alcalde vamos a demandar de él ilusión, que haga proyectos pensando en el futuro de su municipio, aunque sean a largo plazo, que no se resigne a perder la otra escasa mitad de los habitantes; o como dicen nuestros colegas de la web de Alpedroches (www.alpedroches.com) "Para poder confiar en el nuevo equipo que salga elegido para nuestro Ayuntamiento y que nuestros pueblos puedan avanzar, les pedimos algo que ahora echamos de menos: competencia, diálogo, sobriedad, respeto, transparencia e información para los vecinos."
Acierte o no acierte, parece que me quedo solo comentando.
Acabo de leer un artículo del presidente de Asaja-CyL, titulado "Alcaldes de pueblos pequeños", que podéis leer en este enlace .
No me cuadra lo que escribe este señor con los alcaldes de nuestro pueblo: ni el saliente ni el entrante. Tampoco me cuadra con el alcalde, por ejemplo, de Rello; donde si no se presenta nadie eligen un alcalde que nunca ha estado en el pueblo. Me parece que desde fuera se sigue sin entender nada de lo que por aquí pasa. Por no entenderlo, ni nosotros mismos...
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