viernes, 6 de abril de 2018

Una frase cierta, pero los hechos no van por ahí.

El consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de CyL es quien dijo por la radio lo siguiente:

"Quien piensa que  expulsando a los ganaderos y a los agricultores del medio natural va a luchar mejor por la ecología está muy equivocado. No existe ecología sin la presencia del hombre."


¿Por qué entonces se está haciendo todo lo posible desde la Junta, desde Madrid e incluso desde Soria para que los pueblos queden desiertos?


Podemos ver estos días el desastre en el arbolado de los montes de encina de nuestro pueblo, que puede conducir próximamente a incendios que durante siglos nunca han podido producirse. Hace poco tiempo vimos arder las faldas del Alto Rey por la desaparición de las cabras en esa zona.  Esto supondría daño ecológico y económico.





Aliagas y leña seca. Solo falta la cerilla
.
Troncos huecos y medio podridos que han caído por causas meteorológicas.
Toda la leña caída estaba ya sobrando en el ramaje. Ahora es un peligto.

Las causas de este estado se deben por una parte a que los organismos oficiales impiden que cada propietario gestione sus propiedades y cuide o corte sus árboles libremente, imponiendo autorizaciones y burocracia desde lejanos despachos en Valladolid, como si ellos fueran sus dueños y nosotros sus criados. 

Han conseguido que la ganadería extensiva prácticamente haya desaparecido, por actuaciones absurdas como el tratamiento de reses ganaderas muertas, lo cual era otro factor de conservación de los montes. La Junta de la que forma parte este consejero, incluso la Diputación de Soria, van constantemente tomando otras medidas como dificultar construir o rehabilitar viviendas, nula ayuda al comercio local que ha acabado desapareciendo, dificultades a la escolarización, escasez de medios de transporte público,  etc. etc. que obligan a despoblar nuestros pueblos para buscar lugares donde vivir con mayor libertad y contar con mejores servicios. 

Añadamos las engañosas menciones a la "alondra ricotí", ya inexistente por aquí, que ha impedido el paso del gaseoducto por nuestro pueblo, o la instalación de aerogeneradores que darían rendimiento económico aprovechando el aire, elemento natural que por aquí nos sobra.

De la ausencia de población, de la falta de aprovechamiento de la leña y de la casi total eliminación de la ganadería ha venido la situación actual; no se ha necesitado más que la nieve cayera abundante y se fuera acumulando.

 La frase que no existe ecología sin la presencia humana debiera hacerla llegar a los que toman decisiones y normas que obligan a despoblar nuestros pueblos. No solo es para pronunciarla como respuesta a los "ecologistas" que se oponen a la legislación sobre el control del lobo, como ha sido el caso. Que tomen nota del ejemplo de la Comunidad de Madrid, donde encontramos hoy día más especies vegetales y animales que en otras partes, aún con la presión de la excesiva población.




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