sábado, 12 de diciembre de 2020

Desde Valladolid trabajan a ¿nuestro? servicio.

 Esto es un extracto de lo que nos llega hoy desde ASAJA-Castilla y León, por la pluma de José Antonio Turrado. El artículo se titula: el "efecto llamada" de Francisco Igea,es decir del vicepresidente de los que mandan en esta autonomía. Lo subrayado describe la situación concreta en nuestro pueblo.

Dice el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, que hay que dar facilidades a los inmigrantes para ocupar el despoblado territorio rural de Castilla y León,

Es de suponer que se refiere a  colonizar pueblos en situación poblacional de verdadera emergencia, esos de menos de doscientos habitantes, por poner una cifra. En estos pueblos ciertamente hay un montón de viviendas vacías, por lo general en desuso, pero estos inmuebles suelen estar en condiciones pésimas de habitabilidad y por lo general ni el arrendador ni el inquilino invierte un euro en mejorarla.

Vista de vivienda en ruina en Baraona

Se requiere de una labor social y asistencial para la que no están preparados unos ayuntamientos muy modestos, sin medios humanos ni recursos económicos
Además, los inmigrantes son usuarios habituales de Internet, primera carencia con la que se encuentran en la mayoría de las localidades. 

También son usuarios de los servicios sanitarios, y a la mayoría de esos pueblos ya no va ni el médico, ni el ATS. Necesitan atenciones para sus hijos, sobre todo escolarizarlos, y las escuelas están a decenas de kilómetros y con un transporte público que da pena.

El vicepresidente Igea ha provocado un “efecto llamada” prometiendo un paraíso que no existe, y eso es impropio de un responsable público.

Pero además a Francisco Igea desde su "castillo feudal" en su  Valladolid  se le ocurrió estos días hacer el confinamiento perimetral, es decir: el cierre de las entradas y salidas desde las otras provincias de CyL hacia sus colindantes de otros feudos..


 Con ello, solo se permite la movilidad interior. Dijo que sería posible para los habitantes trasladarse no solo a su provincia sino a las capitales de toda la comunidad. Pero todos los habitantes de las demás provincias próximos a los límites regionales, excepto la suya,  apenas pueden salir más que en una dirección y no pueden ni recibir a familiares de Zaragoza, Madrid o Bilbao, más cercanas que otras provincias. Especialmente  Soria, como más lejana del centro regional y la única que no linda con Valladolid, es la más perjudicada, sobre todo  en la hostelería y los servicios que todavía sobreviven.

Francisco Egea sí que puede salir de su provincia hacia cualquier otra alrededor. La norma parece que la ha hecho pensando en sí mismo. A Soria puede ahorrarse el viaje, porque le pilla más lejos y es la única que no tiene autopista en todo su recorrido. 

En la prensa del día 12 de diciembre: Las plataformas de la N-122 han trasladado la indignación y enfado ante la demora y retraso de esta infraestructura que acumula varias décadas:  desde Soria se ha destacado que la Autovía del Duero estará inconclusa si ésta no tiene una continuación hacia el este de Soria a través de la A-15, lamentando una vez más que Soria sea la única provincia sin conectar por autovía con la capital de la Comunidad.

Tampoco lo echamos de menos, no solo a él sino a todos los políticos que durante tantos años han provocado, y siguen manteniendo, la penosa situación de despoblación de nuestros lugares.

 


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