lunes, 2 de julio de 2012

Tasugo en Baraona

No hace muchos días me encontré de frente con este animalito salido de entre las yerbas. De tamaño es algo mayor que un gato.  No se asustó mucho porque me dió tiempo a sacar la cámara y fotografiarlo de frente. Cuando intenté sacarle otra de costado, huyó, solo me dejó su imagen de espaldas.

Se trata de un tasugo, animal tradicional en las tierras donde vivimos, que yo no había visto desde niño cuando vi un ejemplar muerto, que alguien presentó en el Ayuntamiento porque le pagaban unas pesetas por eliminar "alimañas".

Los huevos y nidos de "picaraza" antes muy abundantes en sitios como La Roza y eran los que menos se cotizaban en el mercado de exterminio, pero también pagaron por ello; lo mismo que presentar muertos zorros, comadrejas, cuervos, buitres, etc. Aún recuerdo la "hazaña" de un guardia civil que, de un solo tiro, acabó con dos o tres buitres que estaban comiendo carroña en la carretera de Medina, y los niños nos encargamos de pasear atados de una cuerda. Hoy día la variedad de la fauna es muy escasa. No se oye el croar de las ranas y es más fácil ver una urraca o picaraza en cualquier parque de Madrid que en nuestro pueblo. Por el contrario, especies hace 40 años desconocidas, o casi, por aquí ahora abundan; como las palomas que puestas sobre los tejados hacen esos sonidos tan desagradables y los corzos.

Parecen lejanos aquellos tiempos de profunda ignorancia desde estamentos oficiales, que ahora siguen con ciertas variantes (siguen haciendo barbaridades pero de menor calibre) y que dieron paso a lo que hoy conocemos: ausencia casi total de especies animales en nuestros campos; desequilibrios de la Naturaleza y de la distribución de la población humana.
La otra forma de ver a este animal en las carreteras sorianas (foto de sorianoticias.com en agosto)

Respetemos y protejamos a toda clase de seres vivos que tienen su habitat en nuestras tierras. Ojalá nuestros nietos y sucesivas generaciones puedan convivir con estos animales, y verlos sin que tengan que huir al sentir tanto temor a la especie humana.



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