viernes, 25 de septiembre de 2020

VOLVER: El virus despierta el interés por vivir en los pueblos.

Copio el título de esta noticia aparecida hoy viernes como principal en "El Día de Soria". La considero como una de las más claras e informativas leídas últimamente en la prensa soriana.

Presento algunos párrafos del contenido, destacando aquello en lo que nosotros, desde este blog y desde www.barahona.org, venimos durante años exponiendo y criticando. 

 Ahora más que nunca se valora la calidad de vida de los núcleos pequeños, la seguridad de los entornos abiertos, la comodidad de una casa con jardín y las ventajas del medio rural. 

 El portal inmobiliario Fotocasa registró un aumento de un 46% en las búsquedas de fincas rústicas durante la cuarentena, y esta tendencia ha continuado..

Las segundas residencias se han convertido en primeras para los urbanitas que tienen la opción de teletrabajar y para los jubilados que pueden eludir el regreso a su residencia habitual en la ciudad. Muchos de los que antes solo pasaban el verano o apenas quince días de vacaciones en el pueblo, este año llegaron antes (algunos incluso pasaron el estado de alarma ) y se irán más tarde.


El déficit de servicios básicos, el complejo mercado laboral actual y, sobre todo, la escasez de vivienda disponible y la falta de Internet dificultan a las familias poder iniciar una nueva vida en algunas zonas de Soria.
 

 Todo ello tiene ya su efecto en el padrón de algunos municipios como Almarza, Villar del Río, Arcos de Jalón o El Burgo, donde han experimentado un crecimiento poblacional nunca visto en plena era de lucha por la repoblación. Hay movimiento también, pero más tímido y desigual, en la zona de Almazán, el Izana, el Moncayo y algunos núcleos de Pinares.

 
La alcaldesa de Almarza, Ascensión Pérez, expone:  Lamentablemente, la demanda supera con creces la oferta de vivienda disponible en el municipio y en sus nueve núcleos de población adscritos, por lo que el Ayuntamiento trabaja ya para reparar dos viviendas municipales y ponerlas a disposición de nuevos vecinos. Es una solución pero, admite la regidora, no es suficiente, por lo que hace un llamamiento a los propietarios particulares para que faciliten el alquiler o venta de las viviendas que no habitan.
En Almarza o sus pueblos pedáneos, a pesar de las bajas, ha conseguido sumar 38 empadronados desde febrero.   (Nota propia: Ascensión es bien conocida en Baraona y asídua visitante a la fiesta patronal cuando estaba en su cargo de la Diputación, junto al entonces alcalde de Baraona, dependencia desde la cual se ha puesto durante años todo género de impedimentos para construir o rehabilitar viviendas en los pueblos a quienes hemos gastado en proyectos de profesionales arquitectos, que luego han sido vetados para su construcción. 

Esta típica circunstancia soriana contrasta con lo que podemos ver en los pueblos vecinos de Guadalajara  y toda la Castilla del Sur, donde sobran viviendas. )

Como en buena parte de los pueblos de Soria, también en Villar se topan con la falta de vivienda como principal freno a sus ganas de repoblar. Las cuatro viviendas municipales estarán ocupadas en octubre y «a nivel particular no hay casas en alquiler».
 En la comarca vecina del Valle el incremento poblacional se notó ya durante el estado de alarma y todavía se mantiene. Eso sí, en este caso está vinculado principalmente a segundas residencias que se han convertido en primeras para tratar de escapar de la ciudad durante la cuarentena y durante los rebrotes posteriores. «Hay gente que está desde marzo y todavía sigue».

  El alcalde de Valdeavellano de Tera, Amancio Martínez calcula que, «por la pandemia, es posible que haya más de 50 personas viviendo desde marzo, a mayores de los habituales». Es «gente relacionada con el pueblo» que ha prolongado su estancia habitual en el pueblo (generalmente limitada a los meses de verano) pero que no ha cambiado su empadronamiento, lo que explica que el padrón se mantenga en cifras.
 En el campo de Gómara: . En este desierto demográfico «nunca» habían vivido «algo así». También allí el principal problema para poder acoger ya a estos nuevos pobladores radica en la falta de vivienda. Todas las disponibles «son particulares».

 De las once unifamiliares que se construyeron hace más de una década en la entrada del pueblo, se han conseguido vender este verano varias tras años sin ocupar. «Aquí siempre nos hemos quejado de la soledad del pueblo y ahora nos hemos dado cuenta que eso es garantía de seguridad», justifica el alcalde de Almenar, quien admite que todo este movimiento puede ser momentáneo por la pandemia y por ello aboga por «afianzar de forma real» a esos nuevos pobladores «para que decidan quedarse en el pueblo».
La pandemia ha demostrado que el medio rural ofrece alternativas de vida para los jóvenes pero,  es necesario mejorar la conectividad rural para favorecer así el teletrabajo. «Aquí el 4G bien implantado sería fundamental para dar un impulso, porque la gente se ha dado cuenta que en los pueblos se vive bien y que el confinamiento en Madrid, Barcelona, Zaragoza... ha sido muy duro».  
 

Si se quiere ver la noticia entera,  haga clic en este enlace:https://www.eldiasoria.es/Noticia/Z8BCD9703-E386-9D26-376D3E0751A43D3A/202009/El-virus-despierta-el-interes-por-vivir-en-los-pueblos 

 

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